No es nada nuevo que en Bodegas Perfer nos apasiona el mundo del vino, por lo que siempre nos parece un buen momento para conocer algunos de los datos más curiosos sobre esta bebida que elaboramos con tanto esmero. En esta ocasión os contamos cinco curiosidades sobre la historia del vino que (probablemente) aún no conozcas.
¿Quién hizo el primer vino?
El vino se descubrió en Mesopotamia hace unos 6.000/7.000 años. Aunque es muy probable que ya en la Edad de Piedra algunos racimos de uvas silvestres fermentaran al convertir los azúcares en alcohol por accidente, dando lugar al primer vino.
Pero fueron los egipcios los que estudiaron más a fondo la vinificación. Incluso incluían vino en las criptas funerarias para que los muertos lo tomaran en el más allá.
Por su parte, los griegos se encargaron de extender la vinificación por el Mediterráneo y los romanos la convirtieron en un gran negocio.
Los españoles lo llevaron a las Américas, y otros erupeos hicieron lo propio en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Aunque si hablamos del primer vino de calidad, debemos mencionar al presidente del parlamento de Burdeos y propietario del Château Haut-Brion, Arnaud de Pontac. Quien entorno al año 1660 trabajó para dar respuesta a la creciente demanda de vino de calidad por parte de las clases más altas.
Fue él de los primeros en implantar y perfeccionar algunas técnicas como la selección de las uvas o la crianza.
¿Cuál fue el primer viñedo y la primera bodega?
En algunos territorios de Turquía, Georgia y Armenia se han encontrado pepitas de vides cultivadas hace 7000 años. Aunque la bodega más antigua de la que se tienen datos está en un pueblo de Armenia, en la frontera con Azerbaiyán. Esta data del año 4.100 a.C y supera en más de mil años a cualquier otra bodega.
El vino, un remedio medieval para (casi) todo
En la Europa Medieval el vino era visto como un remedio estimulante universal. Además de creerse que tenía la capacidad de generar más sangre al beberlo, se usaba para tomar cualquier tipo de medicamento y como remedio para casi cualquier cosa.
La popularidad del vino en la Edad Media se debe, entre otras cosas, a que en esta época el agua de las ciudades no se encontraba precisamente en las mejores condiciones higiénicas. Por lo que al beberla no era raro contraer alguna enfermedad.
En cambio, el vino o la cerveza resultaban más seguros y saludables por la fermentación. Por esto también a veces se mezclaba con agua, o se utilizaba como antiséptico.
Por ejemplo, se aconsejaba para el embarazo, o como parte de medicamentos medievales para tratar mordeduras de serpientes, dolores de cabeza o cataratas. Por ejemplo, para las migrañas hervían varias hierbas en el vino y luego bañaban la cabeza del enfermo con la mezcla.
¿Cuántos dioses del vino han existido a lo largo de la historia?
Aunque algunos son más famosos que otros, en la historia de los dioses griegos y romanos encontramos varios dioses y diosas relacionados con el vino. Quizá el más conocido sea Baco, la adaptación romana del dios griego Dionisio. También hay menciones a la diosa Gestín en el año 2700 a.C, cuyo nombre significa ‘madre cepa’.
Sumerio también fue Pa-gestín-dug, “buena cepa”, casado con Nin-kasi, “la dama del fruto embriagador”.
¿Por qué los viñedos estaban más cerca de monasterios y catedrales en la Edad Media?
La historia repleta de guerras e invasiones durante la Edad Media en España hacía que la producción de vino siempre se encontrara en peligro.
Para protegerla, eran los monjes y religiosos los principales encargados de poner a salvo las cepas y frutos. De esta forma, además de permitirles un autoconsumo, comercializaban con el vino como parte de su economía de subsistencia.
En la Edad Media los viñedos rodeados de muros, o Clos, eran esenciales para asegurar la supervivencia de la viticultura del país.