Dicen los expertos que un buen tinto, como lo son muchos de los vinos que se producen en la provincia, debe tener el punto justo de acidez y dulzura al tiempo que ser evocador en el paladar. Veinte jueces procedentes de los restaurantes más reconocidos de Almería se sentaron a la mesa el pasado día 3 de noviembre en el Palacio Provincial para catar (a ciegas) 34 caldos de la tierra con motivo de la segunda edición del certamen ‘Almería, Tierra de Vinos’.
De aquella jornada bebió la gala de ayer, presidida por autoridades políticas, en la que se entregaron las principales condecoraciones en las cuatro categorías a concurso: «Joven», «Noble», «Añejo» y «Roble». En cada una de ellas -diferenciadas por las condiciones del vino- se falló un podio de tres pisos, por el que el número de bodegas alcanzadas con una distinción superó la decena. Entre ellas, una de las más representadas fue la factoría familiar Fuente Victoria, de Laujar-Alpujarra, que consiguió seducir al jurado con un doblete en la categoría joven (oro y plata) y presencia en la de vinos nobles (bronce).
Precisamente, la «noble» agraciada con el máximo reconocimiento fue la botella ‘Didacus barrica Syrah’, creada por la Bodega de Serón. Al mismo tiempo, en la categoría ‘Añejo’, el premiado fue el vino ‘Señorío de Almanzora’. Sus fabricantes, -bodegas Alto Almanzora- consiguieron también obtener el segundo puesto con ‘Valle Almanzora’.
En cuanto a la última categoría, el «Indalo de Oro» -que así es como se conoce el galardón de este certamen- recayó en la colección ‘Cristina Calvache’, de la Bodega de Alboloduy. La responsable de esta firma recordó que sus productos tienen «premios en varios concursos de todo el mundo» y tuvo unas palabras de homenaje para su hija enóloga «gracias a la que hemos tenido muchísimas medallas».
A su lado estuvieron ‘Perfer 49’ y ‘Sánchez Vizcaíno’, de las empresas Perfer y Cortijo el Cura, respectivamente. Este último obtuvo además el tercer premio en la categoría para vinos más jóvenes.
Más fama
Como es sabido, el certamen ‘Almería, Tierra de Vinos’ busca no solo reconocer los mejores productos de esta vertiente más desconocida de la huerta almeriense, sino conseguir el compromiso de hosteleros, restauradores y empresarios del cátering para que cuenten con ellos para sus despensas.
Así, el director del concurso, Francisco Freniche, indicó que, después de haber catado «todos los caldos», los vinos presentados pueden presumir de una categoría «aceptable» en comparación con lo producido en otras zonas más reconocidas.
En este sentido, el diputado provincial Óscar Liria se mostró «satisfecho» por el resultado y destacó además la importancia de que, entre otros objetivos, se desarrolle una «cultura del vino y del consumo moderado de este alimento natural con cualidades tan positivas para la salud y el disfrute social».
Por su parte, el presidente de la institución provincial, Gabriel Amat, alabó la «alta calidad» de los vinos en competición y la «profesionalidad» de los maestros productores. «Hay zonas que no producían ningún vino y que con el trabajo de hombres y mujeres se ha conseguido dar estabilidad a esas familias y a la provincia», valoró.