Se acercan días de beber más vino que de costumbre, de brindar por todo, y por nada a la vez, de disfrutar de los amigos y de la familia, de todas las comidas y cenas de Navidad… Pero, más allá de esto, y volviendo a nuestro día a día, ¿cuál es la importancia del vino en la dieta?
Se estima que en Navidad, los menores de 34 años aumentan su consumo en 18 unidades de alcohol cada semana (incluido vino, cerveza y otros licores). Más allá de esta información, según datos facilitados por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), en el 2017, España fue el séptimo país del mundo que más vino consumió. Por otra parte, se estima que cada español bebe al año 25,2 litros de vino.
Estos datos nos llevan a plantearnos la importancia del vino en la dieta. Así como hasta qué punto hacemos un consumo responsable de vino, o adecuado para nuestra salud.
Los beneficios del vino para la salud
El vino tiene propiedades saludables, por lo que un consumo moderado puede aportar importantes beneficios para la salud. Sin embargo, si se consumo en exceso, la importancia del vino en la dieta deja de tener valor. Ya que un abuso de esta bebida puede causar enfermedades hepáticas, neurológicas y cardiovasculares.
No obstante, diferentes estudios realizados en los últimos años han puesto en evidencia el efecto beneficioso del consumo moderado de vino tinto.
Y es que si se bebe de forma responsable, los polifenoles de los que se compone esta bebida tienen propiedades antioxidantes muy importantes. De hecho, es una de las bases de la importancia del vino en dieta.
Los polifenoles se encuentran en algunos vegetales como las uvas, y se les ha atribuido una interesante acción protectora frente a diversas enfermedades. Entre los distintos tipos de polifenoles destacan los flavonoides y los estilbenos (como el resveratrol).
Por otra parte, los flavonoides que contiene el vino tinto, y que constan de grandes dosis de antioxidantes, hacen un efecto protector contra enfermedades cardiovasculares en aquellas personas que consumen una cantidad de vino moderada en cada comida. Algunas de estas enfermedades de las que puede proteger el vino tinto son las enfermedades del corazón, como infartos de miocardio, o el endurecimiento de las arterias por depósitos de placas de colesterol. Por la importancia del vino en la dieta, se recomienda beber un vaso de vino tinto al día.
Otros estudios señalan que la importancia del vino en la dieta también reside en sus efectos beneficiosos para evitar y combatir el deterioro cognitivo y algunas endermedades cardiovasculares.
La importancia del vino en la dieta mediterránea
En nuestro país, el vino siempre ha sido una parte muy importante de la dieta, la gastronomía y las costumbres. Tanto que se ha convertido en un complemento cultural más de la alimentación.
Beber vino con moderación en las comidas, forma parte de la dieta mediterránea. Además, la gastronomía francesa, que fue declarada en el año 2011 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, incluye también un consumo moderado de vino.
Pero como decíamos, la importancia del vino en la dieta mediterránea puede contemplarse únicamente desde un consumo moderado. Ya que un exceso, tanto de cualquier tipo de comida, como de bebida, puede ser perjudicial para la salud.
¿El vino engorda?
Como todo, depende de la cantidad de vino que añadamos a nuestra dieta. Las calorías de las bebidas alcohólicas proceden en gran medida del etanol. Aproximadamente, un gramo de alcohol tiene unas sieta kilocalorías. Por lo tanto, una unidad de bebida de diez gramos de alcohol, contendrá 70kcal.
Pero en el caso del vino, además de las calorías del alcohol, hay que sumarle la cantidad de azúcar residual que queda en esta bebida tras la fermentación de las uvas. Cada gramo de este azúcar contiene cuatro kilocalorías.
Por este motivo, la cantidad de calorías de un vino, dependerá de la cosecha y el tipo de vino.
Si quieres saber qué vino engorda más, no te pierdas este artículo.