Aunque el vino existe desde hace seis milenios, concretamente desde la Edad de Cobre, las botellas de vidrio para conservalo no aparecieron hasta el siglo XVII, momento en el que esta bebida pasó a ser un producto muy demandado entre las clases altas, especialmente en celebraciones y ocasiones especiales.
¿Por qué las botellas de vino tienen el culo metido para adentro?
Antes de que se inventaran las botellas de vidrio, este caldo estaba más expuesto al oxígeno, lo que obligaba a sus consumidores beberlo pronto para evitar su oxidación. Con la llegada de las botellas de vidrio el vino pasó a durar más tiempo en mejores condiciones, lo que provocó que incluso tuviese mejor sabor.
En un principio las botellas tenían un tono verdoso y su tamaño oscilaba los 70 y los 80 cl.
En sus inicios las botellas se hacían con el culo hundido hacia dentro para que el punto por el que se había soplado la botella no quedara expuesto, puesto que podía rayar las superficies y hacer más inestables las botellas.
Para impedir que las botellas se tambaleasen con el punto por el que se inyectaba el vidrio, las botellas se siguieron diseñando con fondo convexo, incluso después de que H. Ricketts & co. Glass Works Bristol patentara una manera de fabricar las botellas mecánicamente, eliminando el problema del punto.
Y es que, este fondo curvado, llamado en español ‘picada’ tiene más de una función.
Funciones de la ‘picada’ de las botellas de vino
– Distribuir la presión dentro del envase para aguantar el complicado proceso de taponado y, especialmente, la alta presión de los vinos espumosos.
– Añade peso al fondo, lo que hace que el envase más complicado de derribar.
– Impide que el vidrio resuene fácilmente, lo que disminuye la probabilidad de que la botella se rompa durante el transporte.
– Hace más fácil su limpieza y su reciclaje, ya que distribuye el chorro de agua por todo el fondo de la botella.
– Favorece que los sedimentos de vino que se forman con el envejecimiento de la bebida se queden en los laterales del fondo y no caigan a la copa. Por esta razón los vinos más maduros se guardan en envases con una hendidura mayor.
– Facilita la apilación de botellas.
– Da la sensación de que el envase contiene más líquido.
– Permite al sumiller agarrar la botella más fácilmente mientras explica las bondades del vino.
Desarrollo de la conservación del vino
En el año 2014 un equipo de arqueólogos descubrió en el sur de Armenia una bodega de vino que resultó ser la más antigua del mundo. Este hallazgo demostró que los seres humanos llevamos fermentando vino seis milenios.
Más de 6.100 años después seguimos produciendo estos caldos. Lo que sí ha cambiado es la manera de conservarlo.
Lo que comenzó conservándose en zurrones hechos de piel de animal y pasó a guardarse en ánforas y toneles, actualmente se conserva cuidadosamente en botellas de vidrio perfectamente diseñadas para cumplir con una misión tan importante.