Conoce la clasificación de las botellas de vino según su forma y tamaño

Tanto en el mercado, como en nuestra bodega, podemos encontrar una gran diversidad de botellas de vino de tamaños y colores diferentes. ¿Pero sabías que estas características de la botella pueden repercutir en el sabor final de vino que contienen?

Los nombres de cada botella vienen dados por el origen de la ciudad de las mismas, por lo que podemos clasificarlas de la siguiente manera:

Bordelesa

El origen de este nombre proviene de Burdeos. Es la forma de botella más común. Presenta una forma cilíndrica, lo que permite que el vino se almacene en posición horizontal sin problemas. Cuando el vino que contiene es blanco se suele utilizar un colo verde más claro, incluso transparente en los vinos más dulces. Otros nombres de esta botella son ‘clarete’ o ‘frontignan’.

Jerezana

Una botella similar a la anterior, aunque en este caso de origen español. Estas botellas presentan un abombamiento en el cuello y un gollete en dos fases. Suele utilzarse para envasar vinos de Jerez y las manzanillas.

Borgoña

Es el diseño más antiguo. Es el diseño más antiguo de los que se conocen. Toma su nombre de la región francesa donde se creó. Presenta los hombros en pendiente, lo que le da un aire estilizado. Actualmente, algunas bodegas utilizan este diseño para añadir a sus vinos un toque diferente.

Rhin

Este tipo de botella, que debe su nombre al río francés, suele ser la más utilizada para vinos blancos. Son botellas altas con los hombros muy caídos.

Cava o champagne

Estas botellas tienen unas paredes más gruesas para poder aguantar la presión que provocan estas bebidas con burbujas. También es de origen francés.

Franconia

Es la botella con el aspecto más diferente, ya que es aplanada en lugar de cilíndrica. Su origen es alemán.

El tamaño de las botellas influye en el envejecimiento y conservación del vino. En este sentido la evolución es más lenta a medida que el tamaño de la botella aumenta. Podemos diferenciar los siguientes tamaños:

-Benjamín: 18 centilitros.

-Tres octavos: 37 centilitros.

-Tres cuartos: 75 centilitros (la más común).

-Magnum: 1,5 litros.

-Jeroboam: 3 litros.

-Imperial: 4 litros.

-Rehoboam: 4,8 litros.

-Mathusalem: 6,4 litros.

-Salmanasar: 9,6 litros.

-Baltasar: 12,8 litros.

-Nabucodonosor: 16 litros.

-Salomón: 18 litros.

El color de la botella es otro de los aspectos que influye en la conservación del vino, ya que de este dependerá que esté más o menos protegido de la luz. Los colores más oscuros se utilizan para vinos que tienen que envejecer más, mientras que los claros o transparentes se utilizan en vinos blancos o jóvenes.

En cuanto a la forma de la botella, no podemos decir que afecte al sabor del vino, ya que se trata más de un aspecto estético y corporativo de cada marca o bodega. Lo que sí puede modificarlo son, como decimos, el color o el grosor; aspectos que ayudar a conservar mejor el vino hasta el momento óptimo para su consumo.

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